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Foto Lisa Albertoni |
El negocio de la caricia, florece todo el año, atiende 24 horas al día sin descanso. No respeta vacaciones, domingos ni feriados.
Las operacions mercantiles, traspasan fronteras; viva la importación y la exportación. Se gana dinero, se pierde moral, todo sea, por el placer carnal.
En el mundo del trueque, no solo hay hombre y mujeres infelices o cincuentones que piden atención. Siempre hay dos partes; aquel que adquiere, trafica, compra el orgasmo y aquel que vende, liquida, subasta su carne.
Y es que no hay nada mas rápido y efectivo que una transacción para apaciguar, calmar, sosegar un deseo que incomoda, que molesta. Será el remedio efectivo para aliviar la maldición?
La conjución monetaria de dos cuerpos -o a veces más- deseando algun día, pagar un orgasmo y obtener dos, en promoción.
"El mejor gancho comercial
apela tu liberalidad
toca tu instinto animal
rozando la brutalidad
Te lo encuentras en la pared
en el anuncio del licor
pegado en un mostrador
gritándote a todo color
sexo compro, sexo vendo
sexo arriendo, sexo ofrezco
Ya no hay de que enrojecer
es cotidiano ya lo ves
ahora la virginidad
es una cosa medieval
Es tu carnet de madurez
tu pasaporte a la adultez
ella no es una mujer para amar
sino un enemigo al cual doblegar (...)"