30 mayo 2010

Traducciones innecesarias

Foto: S. Kandin

Fue concebida en un idioma que nunca aprendí; sin embargo, su melodía es capaz de transportarme a esos rincones que mis ojos nunca han visto.

Hay voces que tienen el poder de recorrer el cuerpo, abrir los sentidos y erizar la piel; voces que parecen entonar en lenguas exóticas, fragmentos de uno mismo.

Una canción que arrulla, seduce, que invita al exilio,  a la evasión.

Traducir las palabras o buscar los motivos por la que fue creada, resulta hoy innecesario, si ya de por si; ella misma es capaz, de conjurar el instante en que aún, estabas aquí.




26 mayo 2010

Persianas

Foto Pete Chennel

Me pregunto si podre verte hoy. Estos días sin tu presencia han sido largos y tristes. Ayer, víctima del insomnio he temido que esta ausencia prolongada, mute en una ausencia sin retorno. Imagino que cansada de la rutina y los horarios, has decidido escapar a otros parajes que no conocemos.

Apático, mustio, desganado, atrapado en esta fortaleza de soledad; así me siento. Tengo la mente turbia, los sentidos afilados y la imaginación gris.

Hace frió, y sin embargo, te espero afuera. Busco entre los transeúntes, tu cara, tu silueta, algo que me diga que estas de vuelta. Mis ojos no me engañan, tu figura se avecina; el corazón se me acelera y corro. Me precipito escaleras arriba para esperar tu llegada. Apago la luz.

Abres la puerta, tiras las llaves y la maleta. Te observo, como te observo cada noche desde mi quinto piso. Esta noche no lo olvides: deja la persiana abierta.

13 mayo 2010

Desfalco emocional


Foto François Benveniste


« te cubrirás en un disfraz,
harás tu gesto mas mordaz,
toda la insensibilidad
del asesino del amor »
-El asesino de la ilusión-
Daniel F Leuzemia



¿Que no es un delito? ¿tampoco una falta? ¿que no hay obligación de servicio comunitario, ni siquiera una amonestación? ¿Que este desfalco emocional no ha causado ningún perjuicio ?

Entonces, díganme usted, a donde mandamos a aquellos que asesinaron una ilusión y nos  fragmentaron el corazón?



10 mayo 2010

El día perfecto para explotar y arder...


Foto Daniel Murtagh 


"Compañera
usted sabe
puede contar
conmigo
no hasta dos
o hasta diez
sino contar
conmigo"
M. Benedetti


 El dolor, el precipicio, la herida;
el salto, la caída.
El vacío, los segundos, la ilusión rota,
el aire de cemento,
el pavimento.




08 mayo 2010

El niño de las cartas amarillas

Foto Daniel Murtagh

Bogard no era un niño como los otros. El era de los que iban a contraluz, de los que se dormían cuando el mundo despertaba, de los que vivían a destiempo. Y esta disparidad, espacio-tiempo, se hacia más evidente aún, en su elección musical.

 
A sus tiernos años no escuchaba las canciones de moda, no. El no iba rayando el sol con Maná o volaba con Magneto; el ya había escogido una generación musical, una generación que no era la suya. Extraña elección, que le valió los comentarios burlescos de la gente de su entorno. Sin embargo, Bogard, con sus dulces 9 años, se mantuvo firme y sereno, y alzo su voz para proclamar que las canciones de sus padres o de sus abuelos, eran de ahora en adelante, tambien las suyas.

Este niño no sobresalia en el deporte, tampoco era de los primeros de la clase; no memorizaba los nombres de las batallas en historia, ni las regiones en geografía, ni un poema en literatura; sin embargo, era una biblioteca a dos pies en títulos de canciones, en cantantes, en géneros musicales. Siempre andaba hambriento, hambriento de nuevos sonidos, de nuevos trinos; la música estaba en el aire, y el sólo quería respirarla.

Mi recuerdo mas remoto me lleva a decir, que la causa de esta revolución musical fue una voz. Una voz con un timbre de colores, una voz excepcional, que entro un día con una canción y se quedo allí, para siempre.


Esa voz le decía que la lluvia había dejado de caer, que seguía sentado en la playa del olvido, y que buscaba entre unas cartas amarillas, esos mil te quieros, esas mil caricias. Sus oídos infantiles guardarían a jamás, esa voz.


Nunca escucho a Nino Bravo, en tiempo presente. Nunca fue a un concierto, nunca lo vio en directo en el televisor. Nino, el más bravo de entre los bravos; es una foto, es un vídeo, es un disco de vinilo, es una voz que lo exorciza a ser libre como el sol, como el mar. 

Y allá, lejos, muy lejos, Bogard, sueña aún con un beso y una flor, desea ser como el viento e intenta convencerse que América es realmente un edén; sabe que tiene que coger fuerzas para forjar su destino con las piedras del camino, susurra un te quiero te quiero, esperando, también, ser querido. Hoy se ira a dormir, pero despertará mañana para seguir buscando a esa mujer, que se llama: Noelia.


Yo no sé porque esta melodia, Bogard, hace que yo siempre piense en ti.

05 mayo 2010

Descongelando canciones


 

Entre los muchos corredores de números binarios que existen, hay uno que lleva a la entrada de una fortaleza. Sus grandes estantes digitales contienen, sin orden alguno, los recuerdos de un tercio de vida. Sus códigos y murallas, son guardianes silenciosos de documentos confidenciales, de instantes capturados en el tiempo y de la música que suena en mi cabeza.

Hay días como hoy, que suelo sacarle el polvo al archivo musical. Subo el volumen del equipo de sonido y escucho esas canciones que me transportan a épocas lejanas. Salto del presente al pasado y del ayer al hoy, como un trapecista emocional en cuestión de minutos.

Con esa banda sonora voy en ocasiones, hacia momentos impregnados de nostalgia, hacia personas que alguna vez fueron algo en mi vida, aquellas que pasaron, otras que se quedaron. Aquellas que solo sembraron una canción en mi para recordarlas.

De la misma manera, he ido distribuyendo, compartiendo, prorrateando; durante todos estos años porciones de mi en las canciones. Quizás, al escucharlas, ellos también me revivan en sus memorias un instante; volveré a pasar, unos minutos, por sus oídos.

Pienso que mi biografía hasta el día de hoy ya esta plasmada en un sonido, solo hay que saber escuchar, la canción adecuada.

La música no caduca, yo la almaceno; y a veces, también la descongelo.