30 mayo 2010

Traducciones innecesarias

Foto: S. Kandin

Fue concebida en un idioma que nunca aprendí; sin embargo, su melodía es capaz de transportarme a esos rincones que mis ojos nunca han visto.

Hay voces que tienen el poder de recorrer el cuerpo, abrir los sentidos y erizar la piel; voces que parecen entonar en lenguas exóticas, fragmentos de uno mismo.

Una canción que arrulla, seduce, que invita al exilio,  a la evasión.

Traducir las palabras o buscar los motivos por la que fue creada, resulta hoy innecesario, si ya de por si; ella misma es capaz, de conjurar el instante en que aún, estabas aquí.




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